Tuesday, January 16, 2007

Imposible recomendarla


Fear and Loathing in Las Vegas


La sensación de extrañeza -como si tuviera la lengua seca y pastosa por hora y media- es algo que no había experimentado con tanta claridad al ver una película.
Una especie de asombro que se mezcla con la decepción, el asco y la duda... en resumen un desconcierto total.
Imposible recomendarla a menos que se trate de una audiencia con una máximo de tolerancia, o cercanos de alguna manera al teatro del absurdo, el mundo de la droga, o los sesentas en plena decadencia.
Fear and Loathing in Las Vegas es una película de Terry Gilliam, director famoso por la cinta de ciencia ficción, Brazil. Con las actuaciones de Johny Depp y Benicio Del Toro, especímenes raros que pueden actuar casi de cualquier ‘cosa’.

Historia: sí, tiene una pese a todo. Un supuesto periodista, Deep, viaja con su abogado, Del Toro de Los Ángeles a Las Vegas, en una misión. Ahora, el panorama es sombrío se trata de 1970 principio del fin absoluto de los hippies y su momento de declive prolongado. En la cajuela de un auto de alquiler llevan heroína, cocaína, marihuana, alucinógenos, mezcalina, éter, ácidos y todo tipo de droga posible.
Entonces el caos y la demencia de lo que sucede es producto puro de las sustancias. En ese sentido las intenciones simbólicas de la película se retratan perfectamente: en un mundo artificial generado por ácidos todos es irreal o al menos dudoso, es así que el objetivo del viaje nunca se podrá confirmar por que, como todo, es una ilusión: se trata de un crimen, de un reportaje, de una muerte lenta, del placer, de dolor, el viaje se puede tratar de todo y de nada; es apenas una metáfora del viaje de ácidos, cocaína, etc. que hacen los personajes sin ninguna escala.

Decadencia que la historia de los EEUU no sabe justificar y pasa a ser un mito. Vietnam, la paz el amor, el LSD son una ilusión, una leyenda y la película los muestra en sus virtudes más puras.

Así, es posible también decir que Fear and Loathing in Las Vegas, por descabellada que parezca es una parábola perfecta del caos. La película intensa para rescatar el mito y decir la verdad sobre el asco.

Los personajes son monstruos maravillosos que generan pesadillas. Además, Depp calvo y Del Toro con una barriga descomunal, son algo que hace falta ver alguna vez.
Si ellos, los personajes, no tienen nunca idea de lo que está pasando el espectador menos, pero queda finalmente la esperanza de haber cumplido con la educativa misión de seguir viendo cine.

P. Simon

Botas vs Tacones


Esperaba que llegaras, tus botas te anunciarían en el andén de madera apolillada. Como siempre pasaron las horas. Las marcaba con mis tacones delgados sobre la alfombra de pelo corto. 125 minutos más tarde te oí entrar. Sacudías con descuido las botas sobre las gradas . Una vez en el umbral me miraste a los pies y te burlaste de mis tacones. Nada peor que ser una mujer que no merece usar zapatos de taco. Te sentaste al borde de la cama sin decir nada. De rodillas frente a ti inicie la tarea -entretenida antes, penosa ahora- de desamarrar los cordones de tus armaduras. Botas negras brillantes con 25 agujeros para anudar cordones negros también. Lo hago con poca paciencia mientras la ceniza de tu cigarrillo cae sobre mi hombro. Una vez desamarradas me miras y me dices que te vas. Nada peor que ser una mujer que no merece a un hombre con las botas desamarradas. Que no me amas. Que prefieres... no explicar. Preparada para este tipo de revelaciones, me sacó los tacones. Sigues sin moverte. Recuerdo con ternura una escena de Underground, pero no la repito. En lugar de ofrecerte mis zapatos te los aviento a la cabeza. Me miras con desdén e intentas pararte pero tropiezas en el metro de cordón negro de tu bota izquierda. Recojo mis tacones y me voy. Nada mejor que ser una mujer con los zapatos puestos cuando es momento de caminar de frente y desaparecer.